Algunos le llaman "espacio cibernético", otros le llaman "vía digital". Cualquiera que sea el nombre, hay millones de personas hoy día que conectan sus computadoras personales a líneas telefónicas con el fin de estar "en línea". En sus inicios, los servicios "en línea" parecían destinados exclusivamente al mundo de los adultos, pero esto ha cambiado. La mayoría de escuelas están conectadas a este tipo de servicios y, en muchos hogares, los niños tienen acceso a las páginas web, los servicios comerciales, los foros de discusión, y los llamados "chats" que ofrece Internet.
Muy poco les ha costado aficionarse a este fascinante universo, accesible a través de un módem y de una línea de teléfono, en el que hallan ingentes cantidades de información y múltiples posibilidades de interacción. Sin embargo, debemos estar atentos a algunos riesgos y peligros que corren los niños que navegan sin supervisión adulta.
Sin embargo, son estos mismos atractivos los que pueden ser, en algunas ocasiones, perjudiciales. La fascinación que les provoca el ir de un lado para otro con un simple movimiento de dedo puede generarles una curiosidad casi compulsiva. La inmediatez con que se ejecutan los cambios de rumbo dentro de la red, les crea la necesidad de una urgente gratificación y de una constante retro-alimentación. El no obtener esto de forma satisfactoria puede provocarles ansiedad y nerviosismo.
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